LA BATALLA DE LA LIMONADA
La
afrenta, del arzobispo Fernando Carvajal, atribuyéndole el triunfo de
los criollos y españoles en la batalla de LA LIMONADA, a su invento
supersticioso y negocio de estafa llamado virgen de La Altagracia,
produjo tanta indignación en la población y los combatientes, que lo
obligaron a refugiarse en su casa curial la cual apedreaban
continuamente e impedían que saliera, teniendo que solicitar y pagar,
para que lo rescataran y trasladaran fuera de la isla.
LA BATALLA DE LA LIMONADA
El
21 de enero del 1691, los habitantes del Santo Domingo Español,
indignados ante los desmanes de las incursiones francesas que sembraban
la desolación con el saqueo, pillaje, destrucción, violaciones, cobros
compulsivos de rescates, como la quema de poblados y aldeas y el
asesinato de sus habitantes, sobre Santiago de los Caballeros y otros
poblados de la parte norte de la isla, en 1659, 1667 y 1690, decidieron
ponerle fin definitivo a esta situación.
El
gobernador español, Francisco Segura Sandoval, sensibilizado ante el
hecho de cómo la población dominicana desplegaba audaces maniobras para
defender el territorio del intruso francés, consciente de que el
territorio concedido a los franceses como parte de “la paz de Nimega”,
que no tenía que ver con la colonia española de Santo Domingo, encabezó
el contingente de combatientes.
Milicianos negros, mulatos y blancos pobres que formaban las “cincuentenas” de la ciudad de Santiago y de todo el territorio,
junto
a voluntarios procedentes de lugares tan distantes hasta casi 10 días
de camino como los de las ciudades de Higüey, El Seybo, Cotui, Monte
Plata, Bayaguana, junto a los procedentes de Santo Domingo, Azua y otros
pueblos de la zona Sur de la isla, así como los Voluntarios procedentes
de las aldeas de negros africanos vecinas a Santo Domingo, como las de
minas y mandingas, dispuestos a correr la misma suerte que el conjunto
de pobladores que los había incorporado a su conglomerado social
reconociéndoles un conjunto de derechos y libertades.
Con
el triunfo de la Batalla de La Limonada La defensa del territorio, el
rechazo a todo lo que pareciera francés con pretensiones colonizadoras y
el idioma español se consolidaron como rasgos nacionales dominicanos.
BATALLA DE LA LIMONADA
EXPRESIÓN TANGIBLE DEL PROCESO DE DESARROLLO Y CONSOLIDACIÓN DE LA NACIÓN DOMINICANA QUE SE HABÍA
INICIADO ALREDEDOR DE UNA LENGUA COMÚN, EL ESPAÑOL.
La
movilización general de los dominicanos contra el intruso francés fue
tal, que el Virrey de Nueva España, hoy Méjico, autorizo a la flota
marítima encargada de llevar el Situado a dar apoyo.
Pero ni un solo soldado español de esa flota desembarcó, ni sus cañones bombardearon objetivos franceses.
En
la Sabana de La Limonade o Limonada, los dominicanos derrotaron a las
tropas francesas, dando muerte a su gobernador Tarín de Cussy.
LAS CINCUENTENAS
Milicias
de lanceros de a pie y a caballo, organizadas en todo el territorio de
la isla, encargadas de dar protección a los caseríos o ciudades,
ingenios, trapiches, ganado y estancias de criollos, ante las reiteradas
incursiones de saqueo de piratas y el avance de los bucaneros.
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